sábado, 2 de octubre de 2010

La escena del crimen, lugar donde de suscitan los hechos.  El lugar que tiene todas las preguntas y también todas las respuestas de lo que ha acontecido instantes previos.   Del como sea manejada o procesada esta dependerá  el esclarecimiento de los hechos.   La escena del crimen vista desde el punto de vista del médico legista es totalmente diferente que si se ve desde la perspectiva del policía  o desde el punto de vista del fiscal.  Para un médico, más que un área de estudio, es el lugar donde ponemos en práctica nuestros conocimientos, desde el punto de vista anatómico, fisiológico y patológico y otras muchas ciencias  que engloba la medicina, para dilucidar las causas de muerte,  pero además para tratar de entender todo lo que sucedió minutos antes de un crimen, que paso por la mente del criminal, por la mente de la víctima, el sufrimiento de cada una de las partes involucradas, es además intentar descubrir muchas de las respuestas que se encuentran encerradas en el lugar de los hechos.
El médico, además, es un cooperador importante para el fiscal encargado de la investigación ,y que forma parte del equipo que se encargará de la investigación del hecho; no es un punto aparte en todo esto, y aunque en muchos casos se intenta minimizar nuestra labor ya sea por los mismo fiscales como por los peritos criminalísticos de la policía, nuestra labor es bastante muy importante, porque de nuestro dictamen tanto en la escena del crimen como en la realización de la necropsia de ley , se irán descubriendo muchas de las interrogantes encerradas en  ese entorno.
Si bien es cierto, al momento de ingresar a una institución, como es el Instituto de Medicina Legal, no se nos da la adecuada capacitación, y muchas veces se nos echa a la “piscina sin habernos enseñado lo que es el agua primero”, muchos de nosotros, si no es que somos todos, nos vemos involucrados en cada uno de los casos que se nos presenta, que surge el interés por aprender y conocer más de las ciencias criminalísticas, a fin de ser no solo un mero observador en una escena, sino de convertirnos en verdaderos investigadores,  de formar parte de las “ligas mayores” para ayudar a resolver y descubrir los misterios encerrados en una escena de crimen.
Jueves 5 de Agosto 2010,  21.45 horas, el fiscal de turno viene a recogernos para un levantamiento de cadáver, se nos informa que ha “explotado” un balón de gas” y que “hay dos muertos”.    Llegamos al lugar de los hechos: una casa de material noble ubicada en la intersección de dos calles, en una urbanización residencial, los peritos de la UDEX, no s informan que no ha sido un balón de gas, que se trata de la explosión de dinamita, ingresan a la “escena” para verificar que la “zona” sea segura para que todo el resto del equipo pueda ingresar sin ningún riesgo. Pasa alrededor de una hora y se autoriza el ingreso de gran parte del equipo, no hay luz eléctrica, ya que fue “cortada” por seguridad, el olor a pólvora es muy fuerte, las luces de las linterna se encienden, y solo se ve una gran y enorme “mancha de sangre “impregnada” en techos, paredes, pisos, puertas y lo que queda de algunas ventanas, incluso por fuera de la habitación, el garaje “llegan” partes orgánicas, de las que se tiene que tener cuidado de no “malograr”.    Luego de que se verifica que la “zona” es segura, ingresan los peritos químicos, biólogos y los pesquisas de la policía nacional del Perú.  Finalmente, luego de aproximadamente  45 minutos, ingresan  el médico legista y su técnico, para el levantamiento de los cadáveres acompañando al fiscal encargado de la investigación.
En ningún momento se toma en cuenta posibilidad que se haya tratado de un “homicidio”, hasta entonces se manejaba la posibilidad de que se haya tratado de un “accidente”.   Debo mencionar, que en todo el tiempo que me desempeño como médico legista, nunca había visto algo tan “macabro” por no decir menos.  Al ingresar “una mezcla” de toda clase de fluidos orgánicos y tejidos impregnados en techos, paredes y pisos.  La iluminación no era la adecuada, se encuentra el cadáver de un hombre en decúbito ventral sobre la única cama de la pequeña habitación de 2x2 m, cerca a este, en una repisa a aproximadamente 1,6 m del piso se encuentra parte de una mano derecha y mas allá en el suelo, casi debajo  de la cama se encuentra un miembro inferior. En el suelo, en la parte central de habitación antes mencionada, hay una depresión de aproximadamente 1 m de diámetro, en ella se encuentra el otro miembro inferior. Hasta ese momento se sigue manejando la hipótesis que se trata de un “accidente” y nada más, por lo que no se toma en cuenta un adecuado procesamiento de la escena  de crimen. 
A aproximadamente 2 m de la habitación mencionada se encuentra una segunda habitación de aproximadamente 2,5x3,5 m; entre ambas un pequeño corredor. A la entrada de la segunda habitación, en el corredor, se encuentra el tronco y la cabeza de la segunda víctima.  Casi ha terminado la diligencia de levantamiento de cadáver, se ha confirmado que había dos víctimas, y se supone que todo fue un accidente, al parecer la segunda víctima tenía en la mano la carga explosiva.   El fluido eléctrico es repuesto, y se examina “mejor” a la segunda víctima, se le encuentra un “lazo” que da varias vueltas alrededor de su cuello, con un nudo ajustado, la hipótesis planteada, se vino abajo, y se empieza a pensar en un homicidio con posterior suicidio.  Pero la escena ya fue alterada por todo el personal que hizo su ingreso, no se hizo el procesamiento del mismo como debía de hacerse.
Con la instauración del NCPP, a partir de octubre del 2008, las investigaciones deben hacerse de una manera más ordenada y metódica, valga la redundancia, INVESTIGANDO, cada uno de los hechos y lugares donde se comete un crimen, sea de la índole que fuera, sin menospreciar ninguno y manteniendo siempre lo principios rectores durante el procesamiento del lugar de los hechos.